miércoles, 22 de octubre de 2008

Crítica SANTOS

Objetivo: rodar una película que parezca un comic (viñetas incluidas)
Resultado: una destacable propuesta visual ensombrecida por un argumento pobre, lleno de recursos tópicos y situaciones que rozan el mal gusto (en ocasiones desagradable)

Critica QUEMAR DESPUÉS DE LEER

Quemar después de leer podría resumirse como una de las tramas más originales de los hermanos Coen.
Construyen a partir de los más peculiares personajes, una improbable historia sobre la Guerra Fría. Un argumento sin trascendencia alguna pero sembrada de un humor infalible.
La película tiene un humor cimentado sobre un elenco de personajes que se lo pasan a lo grande jugando a a ser espías, chantajistas, extorsionadores, etc. La diversión acaba, cómo no, con una suerte de rueda de la fortuna aleatoria que regalará a cada uno de sus personajes destinos inciertos (que desembocan en el humor más negro visto hasta ahora de los Coen).
Joel y Ethan ya han demostrado con creces que se sienten cómodos, muy cómodos en la comedia. Se muestran relajados y dan lo mejor de sí mismos.
Quemar después de leer es maravilosamente inclasiflicable. Está a los márgenes de la comedia o a las puertas de de un nuevo género; el género de los Coen. Puede destacar como una comedia de enredo, como una película de espionaje, como una comedia de situación...

Brillan con luz propia en el elenco grandes nombres y habituales, caso de Clooney, (en O Brother! Where Art Thou?, 2000) y Crueldad Intolerable, Intolerable Cruelty, 2003), que muestran sus personajes con mayor o mejor acierto, pero siempre acordes a lo que se nos cuenta. Clooney es eficaz caricaturizando sus personajes, cosa que ya ha demostrado de sobra en sus anteriores colaboraciones y que vuelve a corroborar en este nuevo papel. Lo mismo sucede con McDormand, otra habitual que ya no sorprende por lo bien que nos tiene acostumbrados. Malkovich, tan camaleónico como siempre, vuelve a enfundarse un traje que parece hecho a medida. Sorprende Brad Pitt, como una revelación en su perfil más cómico. Resulta muy divertido verle como un idiota absoluto que no se preocupa de disimular un ápice su condición de idiota estereotípico.

Quemar después de leer los pone a todos a disposición de las geniales chorradas “coenianas”, una comedia de enredo sin más pretensiones que la más pura diversión a costa de sus personajes.

crítica TREN DE LAS 3:10

Dan Evans, un humilde granjero y padre de familia se embarca en la misión suicida de hacer de escolta de Ben Wade, el más peligroso e inteligente ladrón, hasta llegar a la estación donde pasa el tren de las 3:10 rumbo a Yuma. Unos personajes destinados a protagonizar Una interesante relación entre un héroe y un villano condenados a entenderse.

James Mangold (Cop Land , Inocencia Interrumpida , o En la cuerda floja ), retoma esta vieja historia llevaba con anterioridad al cine, para realizar un western atípico que en ocasiones supera a su predecesor. 3:10 to Yuma (rebautizada en España como El tren de las 3:10) no deja de ser una magnífica propuesta argumental y una revisión del género que espero acerque un poco más a una generación de espectadores que ven el western como cine obsoleto.

Nos encontramos ante un western al más puro estilo de los clásicos, pero enriquecido con escenas de acción y planos modernistas que ayudan al ritmo trepidante de la última parte del metraje.
La película de Mangold, se ve obligada a ceder ciertas concesiones que obedecen al canón de los western modernistas, pero sin caer en tiroteos gratuitos ni escenas de acción interminables. Mangold deja respirar con el diálogo a sus dos personajes enfrentados.

El tren de las 3:10 tiene acción, bastante acción, pero también posee un buen argumento muy bien planteado y ejecutado. El tren de las 3:10 ofrece un gran duelo interpretativo entre sus dos estrellas, Russell Crowe y Christian Bale. Ambos bordan con buena nota sus papeles, el primero haciendo de su personaje un malvado que empatiza con el espectador por su carácter y peculiar sentido del humor; y el segundo, como un granjero tullido con amplio sentido de la honestidad, harto de despertar pena en el seno familiar.

Por tanto, la película de Mangold es una reivindicación del western, con nuevas fórmulas actuales que funcionan . Una propuesta certera que engancha al espectador sumergiéndolo en una historia de dos hombres enfrentados por la concepción que de la vida tiene cada uno.